USO convocará acciones propias y diferenciadas, una vez que se iniciase el trámite parlamentario de reducción de la jornada laboral
“Las reivindicaciones y acciones en materia laboral hace tiempo que se nos quedan cortas, tanto en destinatarios como en medidas contra las que protestar”, resume Joaquín Pérez, secretario general de USO, las movilizaciones convocadas por CCOO y UGT para la rebaja de la jornada laboral a las 37,5 horas semanales.
“Eso sí, lo primero que queremos dejar claro es que USO ha estado y siempre estará en la lucha por reducir la jornada laboral. Es una medida que llevamos décadas reivindicando, puesto que no se ha tocado en más de 40 años, como tantas otras leyes obsoletas en materia laboral y sindical. Vamos a estar en la batalla y en las protestas, pero en el escenario que creemos más efectivo y en el momento más oportuno para la presión”, añade Pérez.
Ambos, CCOO y UGT, decidieron convocar acciones en solitario, sin ampliar las protestas contra los muchos cabos sueltos de la precariedad laboral y con un único destinatario: la CEOE. “Arreglar una muela picada que nos duele mucho es importante, pero hay que considerar prioritarias las dos piernas rotas y sin tratar que tiene nuestro panorama laboral”, ejemplifica el secretario general de USO.
Nuestro sindicato considera, por lo tanto, que estas concentraciones suponen más un capítulo de la negociación bilateral entre ambos que una lucha sindical real. Una escena más del teatro del mal llamado diálogo social; que, lejos de renovarse, quiere seguir chapoteando en el actual empleo de baja calidad y de descenso, mes a mes, de la duración de los contratos que se realizan.
No obstante, la realidad de las últimas leyes laborales es tozuda: se ha legislado con o sin esa mesa de diálogo social. Por lo tanto, USO cree que la fuerza debemos demostrarla cuando se comience el trámite parlamentario.
“Con unas mayorías tan débiles como las actuales, que sindicatos denominados ‘más representativos’ y patronales se pongan de acuerdo o no es accesorio. Decidirá el Parlamento. Y es a los grupos políticos a los que debemos presionar para que saquen adelante la reducción de la jornada laboral. Por lo tanto, USO convocará todas las acciones oportunas cuando se inicie el debate en el Congreso, pero no participará en ajustes de cuentas entre los miembros de un diálogo social que es, por definición, excluyente e ineficaz, y que nos ha traído durante todos estos años hasta aquí: líderes del paro en la UE y una ya consolidada pérdida de poder adquisitivo para el bolsillo de todos los trabajadores”, manifiesta Joaquín Pérez.
La jornada laboral: un beneficio para los más débiles
La reducción de la jornada laboral beneficiará, sobre todo, a los sectores más precarizados. Por ello, USO lo defiende como una prioridad sindical y así se trata en todas las mesas de negociación colectiva en las que estamos presentes.
Reducirla es una necesidad especialmente para los sectores donde menos presente está la fuerza de esa negociación colectiva. La de 40 horas se mantiene como jornada laboral ordinaria y, además, suele haber mucha parcialidad. Esto es: jornadas parciales, sueldos parciales.
Una jornada laboral máxima de 37,5 horas beneficiará la creación de empleo, bien neta o bien en aumentos de jornada y, por lo tanto, de salarios. Además, supone avances en cuanto a la igualdad, la conciliación y la mejora de salud física y mental. Tampoco la productividad es una excusa, pues son muchísimos los estudios que defienden que una menor jornada laboral la aumenta. Y así se ha establecido y practicado ya en muchos países de nuestro entorno.
Por más avances en materia laboral
A pesar de la prioridad de la lucha por reducir la jornada laboral, USO considera que no debe quedarse en una reivindicación aislada. “En la actual coyuntura de empleo, las movilizaciones, sí o sí, deben incluir otros males: la temporalidad enmascarada; el aumento de las jornadas parciales, que van en aumento mes a mes; la duración media de los contratos; dejar de liderar el paro en la UE; recuperar el poder adquisitivo de nuestros salarios… Y, como un marco general para todo ello, transformar el modelo productivo, tremendamente dependiente del turismo exterior y la estacionalidad”, argumenta el secretario general de USO. “Esas políticas llevan mucho tiempo sin estar sobre la mesa del diálogo social”, apunta.
Por último, Joaquín Pérez incide en una materia que sí es propia del diálogo social y que, desde alguna parte sindical, se ha abandonado por completo: “la cláusula de revisión salarial en los convenios colectivos. Pero ese debate ni siquiera se ha abierto. Sin embargo, es la medida que sí permitiría la recuperación de los salarios o, al menos, que esto no fuera un suma y sigue de pérdidas en los últimos años, y no la firma de acuerdos en papel mojado, como son los sucesivos AENC“.
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